Infinidad de luces, producidas por los cirios que cada devoto lleva, se divisan con el fondo del contraste natural de la noche. Terminada la obscuridad y al retornar un nuevo día, la Virgen saldrá en procesión y será llevada sobre alfombras de flores, preparadas especialmente para la ocasión. Al final del día, junto al santuario, los castillos de fuegos artificiales, llenarán de algarabía a los asistentes, quienes podrán además disfrutar de apetitosas vianas y reconfortantes bebidas.
Sus festividades se celebran el 2 de febrero; Día de la Purificación o Candelaria. Sin embargo, sus fieles, han escogido el 1º de mayo, fecha en que se da inicio al mes dedicado a María, al igual que el 8 de setiembre, fiesta de su Natividad. Su actual Santuario, construido sobre un área de 1700 m², en un desolado paraje de los Andes, a 2,420 m.s.n.m., se terminó en 1967. Su estructura es de sillar, ladrillo y cemento armado, con un estilo neo-colonial y su altar barroco enchapado en pan de oro. Su antiguos templos habían sido destruidos en varias oportunidades por violentos sismos y voraces incendios. El 2 de febrero de 1985, el Santo Padre Juan Pablo II, coronó canónicamente a la Virgen de Chapi y al Niño Jesús que sostiene en sus brazos; para lo cual la imagen tuvo que ser transportada en un helicóptero desde su santuario hasta la ciudad de Arequipa.
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