Cuenta la leyenda, que una vez, un grupo de personas andaban muy cansados, cantando plegarias y pedían en sus súplicas calmar el hambre y la sed que padecían. Cuando, de un momento a otro, vieron a un cóndor bajar del cielo y convertirse en hombre.
Este hombre, comenzó a recorrer arenales y quebradas, hasta que apareció en la puerta de una hermosa mujer y le ofreció agua abundante para todo su pueblo, a cambio de amarlo. La mujer accedió, el hombre cóndor se la llevo a lo alto de las montañas y le dijo que llorara, la mujer lloró por tres días, y sus lagrimas fueron tantas que se formaron canales de agua que bajaron al valle de su pueblo.
El extraño hombre volvió a convertirse en cóndor y diciéndole a la mujer que era el señor de las alturas, le pidió su alma, a lo que la mujer accedió. Entonces, bajaron hasta la parte alta del valle de Nasca y la mujer dejó su cuerpo convirtiéndose en un gigantesco cerro blanco.
Desde ese día, cuando ven a un cóndor, pasar por la zona, es un aviso de la venida de las aguas.
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