Dicen que los indios cucapá vivían allá del Cerro Prieto para arriba y en una cueva muy grande vivía una hechicera. La mujer cada día se comía un cucapá. Cuando alguno se acercaba a la cueva donde estaba la hechicera y cuando entraba a la cueva, la señora se paraba y le decía cor ni pa !ya llegaste!
Entonces la mujer bailaba y cantaba ey si ki wa; ey jo ki wa y bailaba y se movía acercándose al cucapá y cuando se acercaba el cucapá, lo mataba y le cortaba la cabellera. Cuando ya casi se había acabado a todos los cucapá, solo quedaba una familia, formada por la mamá, el papá, un muchacho y una muchacha, con una larga y negra cabellara.
Un día la muchacha desapareció y el hermano la buscó. Cuando pasó frente a la cueva reconoció la cabellera de su hermana y muy enojado dijo -ahorita la voy a matar- y alistó el arco y las flechas. Las escondió y entró a la cueva.
La mujer empezó a cantar y bailar y se le arrimaba. El muchacho esperaba el momento para matarla y en una vuelta que dio la hechicera se le arrimó mucho, entonces el muchacho agarró el arco y le dio el flechazo y la mujer cayó herida y empezó a temblar.
Cuando el muchacho sintió que comenzó a mecerse la tierra, a temblar se asustó y tomó el pelo de la hermana y corrió con sus padres. Todos regresaron a la cueva y quemaron a la bruja.
La dejaron ardiendo y a los tres días volvieron y vieron un montón de la ceniza y mucho humo y la tierra temblaba y de entre las cenizas salió volando un tecolote. Así se hizo ese volcán, el Cerro Prieto, donde antes vivían muchos indios cucapá.
Cuando el muchacho sintió que comenzó a mecerse la tierra, a temblar se asustó y tomó el pelo de la hermana y corrió con sus padres. Todos regresaron a la cueva y quemaron a la bruja.
La dejaron ardiendo y a los tres días volvieron y vieron un montón de la ceniza y mucho humo y la tierra temblaba y de entre las cenizas salió volando un tecolote. Así se hizo ese volcán, el Cerro Prieto, donde antes vivían muchos indios cucapá.
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